En una época en que generalmente nos expresamos gritando y escuchando poco a los demás, los susurradores se convierten en un acto poético. Este invita al encuentro, a detenerse, a escuchar y a disfrutar de la palabra.
Los susurradores hacen posible reconocerse en el otro desde la emoción, la sorpresa y el juego.
El susurro desecha la prisa, el grito, la indiferencia, la sensación de inutilidad de los gestos simples.
En su apariencia de acto mínimo, el susurro contiene la fragilidad y la fuerza de la belleza. Lo que conmueve, lo que da sentido a la vida.
En el colegio trabajamos haciendo susurradores con niños desde 2° básico hasta 8° básico. TODOS disfrutamos mucho con la creatividad y la sorpresa de los susurros... los esperamos a todos el Día de las Artes para compartir la intervención susurradora que haremos para celebrar este importante día en nuestro colegio.
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